Y bailar y bailar y bailar

15.11.2017

Quiero bailar y bailar y bailar girando, hasta perder mis pies. Quiero bailar y bailar flotando hasta quedarme al revés, y perder la noción del tiempo, y olvidarme de todo un momento. Y que los pies se me resbalen, y perderme sin rumbo, y que el agua me lleve, y que las piernas se caigan, y que los ojos se cierren, y que se abran las alas.
Quiero bailar hasta desplegarme, desplegarme entera, con las manos y los pies, con la panza y cabeza. Y desafiar los días.

Ya fui padre, madre, tía, hija, abuela y nieta. Ya fui de todos un poco todos los lugares. Ya quiero quedarme acá. Ya quiero bailar y bailar, bailar girando, bailar naciendo, bailar muriendo. Y reír y reír girando y dejando que todo se vaya. Porque detrás de cada paso de baile hay una canción y detrás de cada canción hay magia, y detrás de cada magia sigo estando yo. Quiero bailar y bailar, hasta cansarme, cansarme el cuerpo y sentir que estoy viva.

Ya toqué muchas puertas, pregunté muchas cosas, me despojé de miedos, me animé a vivir, me animé a sentir, me animé a decir, me animé a fluir. Y al fin pude desilusionarme, porque para estar presente la primera condición de ser y estar es desilusionarse. Desilusionarse implica aceptar que todo eso que voy pensando que tiene que pasar y no pasa, que todo eso que espero que los demás elijan y no eligen, que todo eso que espero que el mundo me dé porque creo que es lo mejor para mí y no ocurre hoy...  Que todo eso que espero y uso de ilusión, no existe en el presente. Por eso bailo y bailo para recordarme que estoy acá morando y enamorando mi morada, mi morada, mi cuerpo, presente hasta el cansancio, y si me canso de bailar, estoy presente descansando, ilusionar es una forma de alimento que posterga y calma, pero en las fantasías, en cambio desilusionar habilita estar presente y nutrirse directamente aquí y ahora.

La Galería de Alira. Autora: Camila Pérez