Viviendo en el momento presente.

26.11.2019

Vengo reflexionando acerca de cómo nos estamos parando en el presente, en el aquí y ahora... y la pregunta sería ¿nos paramos? Estamos viviendo momentos volátiles, efímeros, que se esfuman, en donde el teléfono celular, las pantallas móviles, los medios de comunicación e internet han aportado ventajas pero a la vez muchas desventajas, en donde podemos estar totalmente conectados a nivel global pero a la vez totalmente desconectados. En donde ya leer un libro, una revista o el diario se dejó de hacer porque está en internet, pero si lo miramos de internet, ya no lo leemos, lo miramos, lo pasamos y en 3 minutos se terminaron el libro, la revista y el diario. La capacidad de atención va cada vez disminuyendo más, el abuso de nuestros sentidos debilita la mente, también decae nuestra tolerancia para mantener una conversación, explicar, mostrar, tolerar los tiempos de las otras personas y aparece la frustración. ¿Frustración? Sí y te explico por qué, porque queremos todo ya, lo vemos fácil de tener, simple de manipular, ni hablar de aprender, pareciera que aprender es tan simple que ni siquiera existe la necesidad de hacerlo. Y cuando queremos hacerlo saz!!! No sale, se dificulta, se complejiza y muchas veces se abandona, claramente estamos buscando resolver todo demasiado rápido, en tiempos que no son reales ni adaptados a nuestros propios ritmos y no estamos dispuestos a intentarlo ni una vez más.

Resulta tan abrumador la cantidad de estímulos que se reciben, que nos inhabilita a reaccionar a tiempo, se siente hasta atropellador. Sin ir más lejos, cuando comemos, el hecho de que suene un teléfono nos distrae y desvía totalmente la atención hacia el mismo, por más que esté en otro lugar que no sea la mesa, por más que esté en otro ambiente, el pensamiento se fue hacia ahí. Lo mismo ocurre con la televisión, las pantallas son cada vez más grandes, hasta del tamaño semejante a una pared... si quisieras mirar hacia el costado para ver algo distinto no podrías, porque simplemente ocupa todo el espacio. Y ni hablar de las pantallas móviles, se mudaron al lado del plato. Entonces ¿en dónde quedó el ambiente tranquilo para comer y para conectar con mi alimento, con mi fuente de energía? ¿Para darme cuenta de lo que elegí para comer, de lo que elegí cocinarme? ¿Para sentir el aroma, apreciar los colores, las texturas, para favorecer mi digestión?... Necesitamos restablecer nuestra conexión interna con nuestros sentidos y quitar los estímulos innecesarios puede ser un paso enorme.

Vivir en el presente es estar con todos nuestros sentidos en el aquí y ahora, es tomarse una taza de café y poder percibir el aroma, el "humito" que le sale, contemplarlo, sentirlo, degustarlo, apreciarle sus sabores, su color, y en cada sorbo sentir lo que le pasa al cuerpo. Sin estímulos externos, sin televisor, sin celular, sin música. El café y vos.

Vivir en el presente es poder viajar en el colectivo y soltar la mente, ver un árbol y apreciar su color, la forma de sus hojas, su altura, el tronco, si tiene flores... una gran oportunidad para emplear nuestra observación y perfeccionarla, conocer la naturaleza.

Vivir en el presente es dejar ir las voces de aquellas personas que físicamente no están en el presente, desprenderse de lo que podría haber sucedido ayer y no pasó, de lo que podría haber hecho distinto y no pude, de lo que ocurrirá mañana y con quiénes voy a estar mañana y qué decisiones tendré que tomar... porque no desprenderse de esto para vivir en el presente genera estrés, el estrés es una serie de reacciones complejas que se suceden adentro del organismo que como resultando van generando sustancias tóxicas de manera muy rápida que no nos da tiempo a que las metabolicemos y las eliminemos, por ende se van acumulando y nos vamos intoxicando, y con el tiempo, enfermando. No lo vemos, no lo percibimos y si no nos conocemos a nosotros mismos ni a nuestro cuerpo, pasa desapercibido.

Te invito a callar las voces de aquellas personas que físicamente no están con vos, te invito a silenciar supuestos de otras personas con las que no compartís tu vida, a liberarte de opiniones ajenas y a buscar actividades que te hagan bien, que te potencien y te conecten con tu esencia, te invito a disfrutar del ahora, porque este momento no vuelve más.

Abrazo!

Daniela.