La hoja en blanco, también es un acto de libertad. Tu mundo, tus colores.

Pasan cosas curiosas cuando me siento a pintar lo que veo. En mi paisaje además de historias viejas que pasaron por mis ojos, también figuran relatos de lo que converso con alguien o lo que voy pensando. Todo está contado en la hoja.
Sin embargo hacerlo en lugares públicos genera también impacto ambiental. A veces alguien se acerca a mirar en silencio, a veces también a hacer (lo que aprendí a nombrar en MI MUNDO) un APORTE. Sí, lo que leíste, así recibo los comentarios cuando alguien me dice "acá te falto esto y acá este color no es así" o "está lindo" o "podrías mejorar esto". Entonces ahora desde ese lugar más amable descubrí que voy a tomarlo como pueda, pero que siempre será mi hoja y los colores que yo refleje, que nunca voy a mirar el agua como la primera vez que la vi en mi vida. Tampoco la voy a ver como la ves vos o tu círculo de afectos.
¿Queres saber qué tiene alguien en la mirada? Podes verle a los ojos, pero también verle la mirada en lo que habla, en lo que escribe, en lo que pinta, en los colores que elige vestir. No juzgues... Solo dedicate a mirar.
Hoy le toco al río... Hoy me toco mirar ahí...
Una hoja en blanco puede ser un primer acto de libertad si te permitís usarla como más te guste. Ahí podes fabricar cualquier lugar que imagines, incluso aquellos que creías que no existían. Rayala, hacela un bollo, usala como pelota o avión, con una birome para viajar o con colores para pintar. Es un mundo y un interesante acto de libertad.
Desde la hoja una garganta oprimida puede decir. Una cabeza cargada puede plasmar su tormenta.
En TÚ MUNDO TUS COLORES... En tú hoja tus pinceles.
Alira