La comida, algo más inmenso que el acto mismo de comer.

01.08.2018

Cada vez que sientas que no podes parar de comer, fijate en tu cabeza que es lo que no podes parar de pensar. Es muy cómodo decir que hay comidas que son "adictivas"... lo que es adictivo es el comportamiento, la acción que nos hace ver que no estamos funcionando de una manera feliz y aun así lo seguimos eligiendo. Cada comida tiene una vibración que o potencia y hace crecer nuestro cuerpo de manera integral o lo encadena para reforzar su malestar/molestar. 

Cada conciencia busca lo que está acostumbrada a padecer o lo que conecta con expandir. Las fantasías o pensamientos recurrentes son correspondidas personas que acostumbran a alimentarse de amistades o relaciones en donde siempre se habla y hace lo mismo.

Ninguna comida queda exenta de las emociones. La harina y azúcar refinada son la combinación perfecta para no llenarse nunca. Conectan con "nada es suficiente" y el "no puedo parar". Si la comida y las emociones generan que piense que "no puedo manejarlas". Si una comida se vuelve adictiva... entonces ... puedo observar a dónde desplacé mi poder de elegir lo que entra y lo que no entra a mi vida, a mi cuerpo, a mi casa...???
Es muy fácil otorgarle a la comida el poder de decidir sobre uno mismo... pero alguna vez viste un azúcar con patas exigiendo ser comida por alguien?
No existe la comida adictiva... existen humanos que no pueden aun tomar conciencia de lo que están eligiendo, recurriendo siempre a elecciones por acostumbramiento, manteniendo en la oscuridad (hasta que su conciencia se expanda) otros caminos que se basan en elegir en base al bienestar.
Si lo que te gusta te hace mal... entonces hay un parámetro de sabroso y rico que tiene una delgada base superficial, es rico y sabroso un instante y luego adviene el dolor. Esto es válido para relaciones humanas, conductas y alimentos. Si al consumir algo que te resulta rico tu cuerpo se termina desequilibrando y el resultado es el malestar... entonces ¿tus elecciones están priorizando placeres a corto o a largo plazo? 

Nuestro mundo interno posee adicciones cuando las nombramos y vemos como tales. Acompañar a una persona a que tome conciencia de lo que elige de modos automáticos, acompañarla a que pueda descubrir cosas nuevas, genera diversidad de posibilidades, y nuevas oportunidades de mirar lo que una vez llamó "adictivo". A diario se escucha "no lo puedo evitar", "es más fuerte que yo", "no puedo dejar de hacerlo y me hace mal". La construcción interna de aprender a decir que no, es uno de los desafíos más grandes y más reparadores ante las circunstancias de la vida de las que necesitamos liberarnos.