Cuando los desechos emocionales merecen encontrarse con la ecología mundial.

16.01.2020

Cada vez que hablamos de lo que está sucediendo con nuestros recursos naturales, es inevitable que por momentos surjan enojos, y quejas de lo que hace la humanidad. "Deberíamos dejar de nacer, extinguirnos" etc... Sin embargo esto lleva a una pregunta... Cuando decimos que nadie toma consciencia, ¿a qué "nadies" nos referimos? Que nadie "hace nada" ¿a cuales "nadies" nos referimos?

Nos acostumbramos tanto a la queja y a las críticas destructivas, que en esas frases también estamos dejando incluidas a todas aquellas personas que han optado por campañas de reciclaje, por compartir las sabidurías ancestrales de las huertas, y el poder que guarda la tierra aguardando que lo utilicemos, por practicar el veganismo desde los alimentos y también informarse cada vez más acerca de cómo están hechas las cosas que consumimos, desde la ropa que nos ponemos, hasta los artículos de limpieza que usamos, para poder encontrar formas más amables de pasar por el mundo.

Un segundo más revisemos: ¿en verdad tenes esa certeza de que "NADIE" incluye toda la humanidad?

La ecología va estrechamente de la mano con las emociones.
Primer planteo:
Si yo no puedo ver más allá de mis zapatos, porque estoy ocupada viendo una herida en mi interior, no voy a estar tan atenta a lo que pasa afuera, voy a estar sangrando una herida.

Segundo planteo:
Si yo estoy transitando un duelo o una crisis, y alguien viene y me señala cosas sobre lo que está sucediendo con algo que dista de estar relacionado con mi crisis, no voy a tener la disponibilidad energética para escucharlo.

Tercer planteo:
Aquellas personas que ya han trascendido lo necesario para poder hacerse cargo de su basura emocional, muchas veces serán las más disponibles para poder hacer afuera lo que los seres humanos llamamos "reciclaje", reciclaje de emociones, reciclaje de basura domiciliaria. Como es adentro, termina siendo afuera.

La humanidad durante mucho tiempo acostumbro a utilizar recursos hasta agotarlos y eso va en sintonía con los tiempos del alma, del cuerpo físico, y de todo lo que hacemos.

Cuarto planteo:
A mayor posibilidad de registrar mis tiempos verdaderos, más lugar me doy para descansar y dejar que mi naturaleza me diga cuándo estaré disponible para volver a hacer ejercicio, levantarme de la cama, volver a amar, o reponerme de un gran duelo por la pérdida de un ser querido. A mayor posibilidad de respetar mis tiempos, mayor consciencia y disponibilidad tendré para registrar los tiempos de los demás seres humanos, de los animales, y plantas, sus tiempos de generación, nacimiento, etc.

Es un proceso que lleva su tiempo y es real, estamos en un momento mundial donde los movimientos de la naturaleza nos están a cimbronazos mostrando que tenemos que movernos diferente.

¿Queres saber cómo darte cuenta si te estás haciendo cargo de tus desechos emocionales?

Fijate cuán responsable te sentís por lo que te pasa, cuántos culpables encontras afuera por lo que sentís, si tiras papeles en la calle, o dejas un plato sin lavar y pasan días y se acumulan. O si dejaste sin sacar la basura de tu domicilio y pasan los días y hasta que no se acumulan muchas no podes sacarla..

Si tendiste la cama, o tenes la ropa revuelta en el ropero... Si reciclas la basura, o pones todo en la misma bolsa. Si te informaste acerca de los lugares apropiados para sembrar o cosechar... Y un sinfín de indicios más.

Esto es solamente para que revises, como siempre decimos por aquí... A veces necesitamos un pedacito de libro o palabras ue nos alimenten eso que tiene que crecer.

Aquí va mi deseo y si es el tuyo podes repetir la frase:

Deseo que cada día tengamos una consciencia ecológica más grande, que se haga tan pero tan grande que cada día hagamos que las cosas que nos hacen felices estén en sintonía con los tiempos de la tierra.

A seguir indagando adentro, así seguimos transformando afuera en algo que de verdad queramos que nos suceda.

Alira