…Confieso que he especulado…

Me la pasé especulando, especulando para calmar mi ansiedad,
especulando para dejar de estar angustiada... A veces le llamé esperanza, a veces
le llamé ilusión, pero no dejaba de esconder en esos nombres a mis
especulaciones.
Es que necesitaba estar preparada para lo que vendría vaya uno a saber cuándo,
entonces o me vestía de fiesta o cavaba mi propia tumba. Cada vez que
especulaba me daba cuenta de que se tejía como una novela en mi cabeza, podía
ver a todos los personajes y yo era uno de los personajes, a veces el principal,
otras veces no. Siempre decía todas esas cosas que no solía decir en la
realidad física. Decía todas esas cosas que no tenía hoy la posibilidad de
decir. A veces los personajes actuaban a
mi favor, y me daban la razón, y me enaltecían. Muchas otras veces especulé con
cosas que me conectaban con el terror, el susto, el miedo, la catástrofe, las
equivocaciones. Un día me puse a
observar esa novela, como si la estuviera viendo en la televisión, veía todo lo
que hacían los personajes, cómo actuaban, cómo desesperaban, cómo decían lo que
decían... Y mientras tanto yo permanecía sentada, mirando todas esas escenas que
pasaban en la mente, transitando y experimentando posibles desenlaces, de lo
que en realidad no era más que un simple "mientras tanto", una simple
fotografía de un momento.
En las novelas de mi cabeza pude observar cómo iba ocupando el personaje de villana, guerrera, amada, elegida, perdonada, excluida, enojada, suplicada, y muchos otros según la situación. Descubrí que si dejaba de intentar poner mi cabeza en blanco, podía observar más atentamente su contenido.
"Es solo una novela" me dije a mí misma ese día luego de
tanto temor al fracaso una vez hace mucho, luego de tanto temor al cambio,
luego de temblar miles de veces antes de tomar una decisión que hiciera que mi
vida presente y real cambie. Es que a veces las especulaciones cobran tanta
densidad real que a uno lo llevan a pensarlas como certeza. Hay momentos en
donde la novela te atrapa.
Es por eso que:
Si las hipótesis que hay en tu cabeza, ocupan cada vez más espacio, y las tomas
como ciertas, estás quedandx atrapadx en tu propia novela. Te preguntaste ¿Cuál
es? ¿Cuáles son sus personajes? ¿Te fijaste en qué lugar estás vos?
¿Qué acciones haces en ella? ¿Se repiten las escenas con otros personajes? ¿Hay
miedos? ¿Hay desenlaces felices? ¿Hay héroes? ¿En dónde ocurren? Miralas,
miralas y detenete a observar sus formas, no las juzgues porque aun así siguen
ahí, y no se van a retirar hasta que las mires.
Las ilusiones y las
especulaciones
Por más que especules, hoy la realidad es ESTA y en ella NUNCA te vas a conectar
con las mismas personas ni situaciones.
Las ilusiones son necesarias, son parte de un gran aprendizaje y ayudan tu rumbo,
sin embargo cuando las ilusiones solo recaen en que otra persona que no sos vos,
o una situación que no está en tus manos cambie, allí es importante que
recuerdes que lo que incluye a otro y no
está en tus manos, no será posible.
Si especulas más o menos, eso no hace más o menos posible que algo ocurra, en cambio, carga el presente de mayor ansiedad y angustia, encontrándote de algún modo más lejos de poder observar en dónde AQUÏ y AHORA estás situadx.
Haya o no haya miedo, las especulaciones te distraen muchas veces de la posibilidad poder mirar un momento que acontece igual, y de poder tomar decisiones. Para tener una visión más clara del presente, te invito a que mires aquello con lo que especulas tanto, y puedas observarlo para diferenciarlo cada vez más de lo que en realidad está ocurriendo.
Ps. Camila Verónica Pérez