¿En qué consiste la terapia con sonidos?

La música es nuestro lenguaje universal por excelencia a lo largo de todo el mundo. Vivimos atravesados por emociones y sonidos constantemente. Cada vez que una emoción nos atraviesa, en el cuerpo suceden muchas cosas, entre ellas, contracturas en ciertas partes del cuerpo, pensamientos anexados a esas emociones, que generan que tal o cual parte del cuerpo esté afectada en ese instante. Nuestros pensamientos y emociones suceden dentro de nuestra existencia y por tanto dentro de nuestro cuerpo. Una clara evidencia de ello es que nos damos cuenta cuando alguien está triste mientras salen lágrimas por sus ojos. ¿Lo ven? Un pensamiento y una emoción pudieron generar que el organismo trabaje para producir una lágrima y crear una descarga.
Nuestras palabras tienen sonidos, pero son sonidos que conocemos entre muchas personas que conformamos esta sociedad. Tal es así que según el tono que utilicemos para decirlo serán comprendidos de una u otra manera. Hablar para la humanidad es universal, sin embargo todos estos sonidos pueden ser escuchados entre aquellos seres que manejamos la lengua castellana. Yo te digo algo y vos entendes lo que significan esos sonidos en palabras. Todo lo que hago cuando hablo es trasmitirte esos sonidos con significados y códigos impresos que hacen que vos me respondas.
Veamos que ocurre con el lenguaje de la música. El lenguaje de los sonidos salidos de instrumentos musicales o las vocalizaciones de la misma voz, generan un atontamiento suficiente de la mente, que hace que el alma pueda expresarse con total libertad. El alma elige desde su lugar meramente creativo e intuitivo los sonidos que necesita para expresarse. Es como si hubiese un plato repleto de frutas y vegetales frente a ella. Se sirve de los sonidos que necesita y comienza dentro de sí a despertar emociones, estructuras rígidas, y comienzan a operar sobre todos los rincones donde hay bloqueos a trabajar.
Una evidencia concreta y física de que los sonidos nos afectan es cuando por ejemplo ponemos la música en volumen máximo y vibran los vidrios del lugar donde estamos encerrados, o bien cuando nos tocamos el pecho y retumba el sonido.
Otra evidencia clara de esto es cuando estamos discutiendo con alguien, el tono de voz cambia, la respiración cambia, las contracturas en el cuerpo aumentan, y de repente nos dice una palabra como "idiota". Esa palabra antes de ser palabra es una secuencia de sonidos que en el campo donde se encuentra circulando, va a ser recibida despertando ciertas emociones y pensamientos, generando transformaciones.
Podría seguir con los ejemplos, pero es demasiado y te vas a cansar de leer. A mí me fascina trabajar con sonidos, porque la persona que viene muchas veces solo dice lo que necesita trabajar, se recuesta en silencio, y desde mi lugar de terapeuta conectada con la intuición elijo el instrumento indicado para comenzar a tocar. Allí voy pudiendo ver según la combinación de sonidos lo que anda pasando dentro de ese campo energético de la persona que está abriendo parte de su alma para recibir ayuda.
Lo interesante de esta terapia, es que no es necesario hablar en un principio. Suceden y despiertan muchas emociones y pensamientos los sonidos que se vuelven un gran disparador para conectar con todo lo que hay que trabajar.
Hay personas que eligen venir una única vez, otras que eligen el espacio como su espacio terapéutico. Y otras que sencillamente mantienen una frecuencia registrando sólo cuando necesitan venir. Aquí todas esas opciones son válidas, ya que sostengo que siempre que el alma sienta que es el momento indicado, entonces seguramente habrá algo para recibir.
Es una oportunidad maravillosa de descubrirte en donde sencillamente circula la invitación de dejarte llevar. Te espero para cuando quieras probar!
Hasta la Próxima!