¿Cómo cuido de mi cuerpo en las celebraciones?
Llegando a fin de año se suceden una serie de eventos que se comparten en comunidad, entre distintas familias, distintas personas, costumbres, patrones... las personas se reúnen y celebran, hay comidas y actividades de por medio y el eslabón que se ha utilizado como excusa para unir en todo este tiempo ha sido la comida. ¿Nunca escuchaste la frase "Si no hay comida no voy"? Bueno, a lo largo del tiempo se ha construido la convicción de que si no hay comida no vale la pena ni siquiera participar, si lo que hay de comer no es de mi agrado entonces me retiro o me quedo pero con sensaciones de disgusto y de malestar... Se le ha dado mucho valor a la presencia de los alimentos en las reuniones.
¿Qué pasa cuando has tomado la decisión de cuidar de tu cuerpo y te encuentras en ambientes en los que hay alimentos que no te benefician? El claro ejemplo es el de las fiestas, para muchas personas es un gran desafío porque han puesto mucho empeño y dedicación en su cuidado diario y que se aproxime el banquete anual que dura el mes de diciembre completo hace temblar a más de uno. Entonces ¿qué se puede hacer? Si hoy te encuentras en la escucha y el respeto de tu cuerpo te propongo lo siguiente:
Como primera instancia se puede preguntar un tiempo antes cuál va a ser el menú del encuentro entonces de esa forma sabrás si lo que estará disponible es acorde o no y de esa manera podrás elegir después. Alimentarse sanamente es responsabilidad de cada uno y elegir de manera consciente lo que es bueno para uno mismo también. Entonces, ¿es acorde o adaptable a lo que yo quiero o a lo que necesito? Si la respuesta es sí entonces verás de moderar porciones, prestar atención a las combinaciones, respetar sensaciones de saciedad y plenitud. Si la respuesta es no, entonces ahí tendrás que introducir un cambio, podrías preparar la comida que mejor se asiente con vos y por qué no llevarla para compartir.
¿Y si la cena es en casa? A veces para tener resultados diferentes es necesario hacer cosas distintas y acá la propuesta sería introducir preparaciones nuevas como por ejemplo opciones a base de vegetales, libres de azúcares refinados, con harinas integrales o bebidas a base de frutas frescas... Se pueden cambiar de manera radical todas las preparaciones o sólo algunas, eso será de acuerdo al grupo que participe en ese encuentro.
Por último, y por sobre todas las cosas, es necesario que te conectes de manera consciente con la cocina, que el cocinar los alimentos sea un proceso consciente y fluído. Desde la elección por color, por consistencia, por aroma, el traerlo a casa para prepararlo, el elegir los utensilios y la combinación de especias y hierbas más adecuada a la receta, y el acompañar en el proceso de la cocción, esperar los primeros sonidos de la cocina, los primeros aromas, observar sus detalles, su presentación hasta verlo listo.
Te propongo que de ahora en más en cada fiesta, en cada encuentro, en cada celebración sigas trabajando en registrar atentamente lo que necesita tu cuerpo, que tus sensaciones sean tu brújula para conocer tus límites, que sepas reconocer qué alimentos son adecuados para vos y cuáles no, tu cuerpo es tu casa, tu cuerpo es sagrado, tu cuerpo es el recinto del alma.
Abrazos festivos!
Con amor!
Daniela.